jueves, 28 de febrero de 2019

Introducción

INTRODUCCIÓN


En la actualidad, los casos de ataques de pánico, trastornos de ansiedad, trastornos de aprendizaje o problemas cognitivos, depresión, estrés, angustia son más frecuentes que en el pasado, o al menos, están más visibilizados, propios de un mundo donde muchas veces la aceleración en la cual vivimos, las nuevas configuraciones de la familia, las adicciones y demás factores provocan trastornos psíquicos que requieren tratamiento médico, primero psicológico y como docentes, debemos estar preparados. 

Podemos empezar por preguntarnos qué es la salud mental. Una primera definición nos dice que la salud mental es la capacidad de las personas y los grupos para enfrentar los problemas que les presenta la vida con creatividad, así como la capacidad para expresar, dar y recibir afecto. Es también cuidar y cuidarse. Proteger a los más débiles. Aceptar las diferencias y enriquecerse con ellas. Tolerar las limitaciones propias y de los otros, y también las que nos imponen las condiciones de vida, pero sin resignarse.
La salud mental no es sólo la ausencia de trastornos mentales, sino saber vivir con buena calidad de vida.

La salud mental incluye un doble componente: el de nuestro bienestar como individuos, que se centra en el componente psíquico, y el de nuestro bienestar en las relaciones con los demás, que se centra en el componente social. De todas formas, es necesario tener en cuenta que ambos aspectos están muy relacionados. Es evidente que nuestro bienestar individual tiene mucho que ver con las relaciones que establecemos con las personas con las que compartimos nuestro día a día.

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